En 1957, Polonia comenzó a diseñar tanques avanzados y cañones autopropulsados antitanque. Uno de esos proyectos fue el SDP 58 Kilana con su motor de turbina de gas. El armamento y la unidad de potencia se diseñaron utilizando tecnologías de vanguardia proporcionadas por la URSS. Para aumentar la potencia de fuego, los ingenieros utilizaron cañones de estrías profundas que se desarrollaron en la Unión Soviética y se entregaron a Polonia para su prueba. El proyecto solo existía en planos, pero se convirtió en la base de los cazacarros polacos posteriores.