Este poderoso cazacarros, con un blindaje ligero, era capaz de enfrentarse a tanques enemigos de cualquier tipo a distancias de hasta 1.000 metros. Su velocidad máxima era relativamente baja debido a la poca potencia del motor y a la débil suspensión. No obstante, el Archer fue una reutilización exitosa del anticuado chasis Valentine. Se construyeron un total de 665 vehículos entre 1943 y 1945.